Estados Unidos, el país con el mayor número de casos y fallecidos por COVID-19 en el mundo, posiblemente superó los 100.000 fallecidos durante la pandemia hace semanas, según un estudio publicado este sábado de la prestigiosa Universidad de Yale y el diario The Washington Post.
Los expertos sugieren que la cifra de decesos por el coronavirus podría ser mayor que la que ofrecen las estadísticas oficiales y han calculado que entre el 1 de marzo y el 9 de mayo hubo entre 97.500 y 105.500 fallecidos por encima del promedio habitual.
PURO CÁLCULO PARA AVERIGUAR LOS MUERTOS REALES
Para elaborar el análisis, se han manejado datos históricos de mortalidad de otros años y estimaciones sobre el número de fallecidos semanal desde comienzos de 2020, teniendo en cuenta variables como la intensidad de la gripe común anual y los cambios estacionales, para establecer la cifra de muertos por encima de la media habitual.
Y los expertos descubrieron que entre el 1 de marzo y el 9 de mayo pasados, EE.UU. tuvo 101.600 fallecimientos por encima del promedio típico entre esas fechas; lo que supone 26.000 decesos más de los que se atribuyeron a COVID-19 en los registros oficiales.
Es probable que no todas esas 26.000 muertes fueran ocasionadas directamente por el coronavirus, ya que pueden incluir a gente que pereció como consecuencia de la epidemia, como aquellos que no acudieron a ver al médico por otras enfermedades por miedo a contraer COVID-19 en el hospital.
El número de fallecidos por encima de la media es una herramienta frecuente entre los epidemiólogos para estimar las bajas en brotes de enfermedades infecciosas.
LOS DATOS DE UNA UNIVERSIDAD COMO PRINCIPAL FUENTE
Con más de 1,7 millones de casos, Estados Unidos se convirtió hace tres días en el primer país del mundo en rebasar los 100.000 muertos por la pandemia, de acuerdo a los datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins, una de las principales fuentes de los medios de comunicación para informar sobre las estadísticas de COVID-19 en esta nación.
Según la página web de la universidad, algunas de sus fuentes en EE.UU. son los departamentos de Salud estatales y de condados; y páginas extraoficiales como Worldometers o BNO.
El mapa interactivo de la Johns Hopkins es referencia para los medios, debido al retraso con el que las autoridades ofrecen sus datos y la disparidad de fuentes oficiales, ya que aparte del Gobierno federal, los estatales y los condados tienen sus propios datos.
Pese a las dudas sobre la fiabilidad de las cifras, la mayor parte de zonas de EE.UU. siguen adelante con las medidas de reapertura de su economía y muchas de las grandes ciudades están en plena desescalada como Los Ángeles, Nueva York y Washington DC.
Aun así, hay casos como el de Misuri, donde las autoridades sanitarias buscan a ‘un gran número de personas desconocidas’ que podrían haber acudido a fiestas en piscinas en el área de Lake of the Ozark el fin de semana pasado, después de que una persona haya dado positivo en la prueba de COVID-19, informaron este sábado medios de comunicación locales.
EL SUPREMO FALLA A FAVOR DE CONFINAMIENTO, FRENTE A UNA IGLESIA
Por su parte, el Tribunal Supremo apoyó hoy las medidas de confinamiento ordenadas por el estado de California para evitar la expansión de la pandemia, en un fallo contra una Iglesia Pentecostal que alegaba que iban en contra de las libertades religiosas.
En una votación 5-4, los jueces apoyaron a California frente a la demanda presentada por la Iglesia South Bay United Pentecostal de Chula Vista, que defendía que las órdenes del gobernador estatal, Gavin Newsom, de permanecer en casa durante la pandemia habían ignorado las libertades religiosas.
En una opinión, el presidente del Supremo, Johns Roberts, apuntó que las restricciones en California se aplican también a las congregaciones no religiosas de personas, por lo que no suponen una amenaza a la libertad de culto.
En ese sentido, recordó que las medidas de confinamiento se han implementado también en eventos aconfesionales, como conferencias, conciertos, cines, espectáculos teatrales y deportivos.
Además, ‘aunque las directrices de California establecen restricciones a los sitios de culto, esas restricciones parece que son consistentes con la cláusula de libre ejercicio (religioso) de la Primera Enmienda’ de la Constitución, escribió el magistrado.
En esa enmienda se estipula que el Gobierno no puede legislar para regular el establecimiento de una religión o prohibir el libre ejercicio religioso.
Pese al fallo favorable al Estado, cuatro jueces conservadores del Tribunal (son un total de nueve) emitieron opiniones de disenso. EFE