Florida, que suma a diario desde hace más de dos semanas millares de casos nuevos de COVID-19, contabilizó este miércoles otros 2.610 en medio de una desescalada sin posibilidad de retroceso, según el gobernador estatal, Ron DeSantis.
Las críticas a la postura tajante de DeSantis, que insiste en que el ascenso de los casos entra dentro de lo esperado por el aumento del número de pruebas de COVID-19, no se han hecho esperar y provienen tanto de políticos como de científicos que indican que hay señales de que se están dando “más contagios en la comunidad”.